
El técnico del Caserío destaca la fe de su equipo en el triunfo ante el Puerto Sagunto y asegura que ahora solamente piensa en ir recuperando a jugadores
Santi Urdiales, entrenador del Caserío, no podía estar más satisfecho tras la increíble victoria de su equipo ante el Puerto Sagunto (35-34). Un partido condicionado por las numerosas e importantes ausencias en el conjunto manchego, que llegó a ir perdiendo por 6 goles en el segundo periodo.
Con este resultado, el Caserío sigue segundo con 26 puntos, a uno del líder, el Eón Alicante, pero con 5 ya de renta sobre el sexto clasificad, que es el Sinfín Santander, por lo que se va acercando a repetir presencia, al menos, en la fase de ascenso a la Liga Asobal. En la próxima jornada, los ciudadrealeños visitarán la pista del Amenabar Zarautz (sábado 1 de febrero, 19.30 horas).
«Apenas estamos pudiendo entrenar estas dos semanas porque no tenemos gente, pero este equipo tiene mucho corazón y no se rinde nunca. Cuando peor está la cosa sale lo mejor de nosotros. Cualquier otro equipo se hubiese rendido, pero nosotros nos rehicimos en la primera parte, y en la segunda mitad, cuando ellos dieron la vuelta al marcador, el conjunto siguió creyendo cuando lo normal era que te cayeras. Además, el público apretó mucho. Estoy muy orgulloso, pero lo hubiese estado igual en el caso de derrota», afirmó el preparador santanderino.
«Cuando el equipo se antepone a las individualidades, las ausencias se notan menos», continuó Urdiales, que valoró el paso que dieron al frente todos sus jugadores. En este sentido, nombró a Víctor Morales, «un jugador al que tengo mucha fe», pero al que pidió paciencia, pues piensa que debe ir poco a poco tras su larga lesión. «Hizo un partidazo, pero sobre todo destaco a todo el equipo en estas semanas que estamos sufriendo tanto para poder entrenar». También recordó que Augusto Moreno de la Santa y Jorge Romanillos están jugando a pesar de que los médicos recomiendan que paren.
En cuanto al apoyo del público, no ocultó que «sentimos que ellos notaban la presión. La afición metió ese gol extra de la victoria, pero es justo ese apoyo porque estos jugadores se están dejando la vida. Es muy importante que haya esa unión».
De cara al futuro, indicó que no quiere mirar aún la clasificación porque «la competición está loca. No se pueden hacer cálculos ahora. Solo pienso en recuperar a la gente y poder entrenar bien para recuperar el ritmo con el que acabamos el año 2024».