El Caserío coge oxígeno a costa del Alarcos

El equipo de Santi Urdiales supera a los alarquistas por 25-20 para sumar dos puntos que se presumen claves por la permanencia. Fue un duelo con emoción, en el que el cuadro de Isidre Pérez no se rindió y llegó al final con opciones pese a llegar a ir perdiendo de ocho goles. El Quijote Arena acogió otro buen ambiente para disfrutar del balonmano en Ciudad Real.

HIROS BM CASERÍO
25
BM ALARCOS
20
Santiago Giovagnola (1), Leo Werner (1), Pablo Campanario (3), Juan Lumbreras (3), Kike Chacón, Javi Torre ‘Jabato’ (2), Miguel Bravo, Francisco José Ruiz ‘Paquillo’ (2), Rodrigo Martín-Pozuelo, Santi Canepa (1), Marc Piqueras, Adrián Ortiz, Manu Díaz (2), Ángel Pérez de Inestrosa (6), José Andrés Torres (3) y José Antonio Bravo (1).Javier Teijón, Javi Sanz (6), Diego Rueda (2), Martín Dávila (1), Rolando Urios, Martxel Agorreta (1), Adrián Mendoza, Juanpe Espinosa (1), Jota Serrano (2), Álex Plaza (3), Didac Talens, Álvaro Moreno de la Santa, Pepe Mora (3), Diego Cadelo (1), Óscar Ruiz y Matic Pangerc.
ÁRBITROS
Albert Pérez Acedo y Daniel Toro Ponce.
PARCIALES CADA 5 MINUTOS
2-2, 5-3, 7-4, 10-6, 11-9 y 13-9 (descanso); 14-10, 18-11, 19-15, 20-18, 21-19 y 25-20 (final).
INCIDENCIAS
Derbi de la novena jornada en el Grupo B de la División de Honor Plata masculina de balonmano, disputado en el pabelló Quijote Arena ante unos 1.000 espectadores.

El Hiros Caserío se llevó los dos puntos del derbi ante el Alarcos, que se presumen vitales de cara al objetivo de la permanencia por el que pujan ambos conjuntos. Con ello, los amarillos, que ya ganaron también el duelo de la primera vuelta, dieron un paso importante a costa de los alarquistas, que se quedan así sin sumar en estos claves enfrentamientos directos. Queda mucho todavía por dilucidar en esta exigente temporada en Plata, pero a nadie se le escapa que este resultado parece que será de suma importancia de cara a la posible segunda fase por la salvación.

Jugadores del Caserío celebran el triunfo en el derbi ante el Alarcos / Foto: Carlos Díaz
Jugadores del Caserío celebran el triunfo en el derbi ante el Alarcos / Foto: Carlos Díaz

Como no podía ser de otra manera, fue un derbi intenso, con tensión y que tuvo controlado un Caserío que llegó a ir ganando de ocho goles en el tramo inicial de la segunda parte, pero en el que el Alarcos nunca se rindió para quedarse a dos tantos en los últimos minutos. Al final, aguantaron los de Santi Urdiales para llevarse el triunfo por 25-20, darse una enorme alegría ante su hinchada y dejar tocado al rival local.

Todo ello en un buen ambiente vivido otra vez en el Quijote Arena, con una buena entrada y aficiones de uno y otro equipo animando a los suyos y disfrutando del balonmano. Unos salieron contentos y otros no tanto, pero el choque dejó de nuevo un buen sabor de boca para este deporte en la capital ciudarrealeña.

La novedad positiva en el inicio del derbi fue la sorpresiva titularidad de Diego Cadelo, en su regreso a las pistas más de tres meses después y anotando su primer gol a los tres minutos, el que era el 1-2 para los alarquistas.

Diego Cadelo (izq.), volvió a jugar / Foto: Carlos Díaz
Diego Cadelo (izq.), volvió a jugar / Foto: Carlos Díaz

Con esa gran noticia, la intensidad defensiva en ambos conjuntos ya se vio desde el principio, en un primer tramo de equilibrio total en los aciertos y errores (3-3, min. 8).

Abrió entonces una mínima brecha de tres goles el Caserío, ayudado por pérdidas del Alarcos y varias buenas paradas del meta Santi Giovagnola. Cualquier pequeña renta a favor parecía de máxima importancia ante la igualdad y eran los de Santi Urdiales los que la conseguían primero para ponerse 7-4 al cuarto de hora. El técnico alarquista Isidre Pérez solicitó entonces tiempo muerto.

Movió banquillo Pérez a la búsqueda de mejorar sus ofensivas, dando entrada a Didac Talens en la primera línea y Rolando Urios en el pivote. No llegó esa reacción esperada, porque el Caserío siguió firme en defensa y acertado en sus ataques, con Ángel Pérez llevando la dirección a la perfección y anotando, con cinco goles entonces, la mitad de los de su equipo (10-6, min. 20).

Una acción del Caserío-Alarcos / Foto: Carlos Díaz
Una acción del Caserío-Alarcos / Foto: Carlos Díaz

Una defensa individual de Martín Dávila sobre Ángel Pérez en varias acciones sí que dio un pequeño resultado positivo para el Alarcos en el tramo final de la primera parte. A dos bajó la renta y pudo haberlo hecho algo más, pero volvió a caer en pérdidas y precipitaciones. Eso permitió al Caserío, pese a no estar tampoco muy acertado en los minutos finales, recuperar la renta de cuatro con un gol casi sobre la bocina de José Andrés Torres. Al descanso, 13-9 para los amarillos.

No se movió mucho el marcador en los minutos iniciales de la segunda parte, algo provocado por las buenas actuaciones de los porteros Giovagnola y Óscar Ruiz, este último ahora en la portería del Alarcos. En esa línea y con su meta todavía más acertado, sí que el Caserío no solo mantuvo su ventaja, sino que la amplió a los siete goles (17-10, min. 8). Se ponía el derbi favorable a los de Santi Urdiales y preocupante para los de Isidre Pérez, al que no le quedó otra que pararlo.

Una acción del Caserío-Alarcos / Foto: Carlos Díaz
Una acción del Caserío-Alarcos / Foto: Carlos Díaz

Tuvo una gran reacción el Alarcos, que nunca dio el duelo por perdido, para ponerse a tres goles a falta de poco menos de 15 minutos. A base más de corazón que de juego, los de ‘negro’ se metían en el partido con un parcial de 1-6 tras el 18-10 que llegó a marcar el electrónico, un +8 que fue la máxima para el Caserío. Con el 19-16, fue entonces Santi Urdiales el que llamó a los suyos para espabilar.

Los decibelios subieron entonces en el Quijote Arena, donde el partido ya llegó al límite de intensidad y de nervios, demostrados en los errores, muchos no forzados y varios en los cambios desde el banquillo.

Una acción del Caserío-Alarcos / Foto: Carlos Díaz
Una acción del Caserío-Alarcos / Foto: Carlos Díaz

Con 20-18 se entró en los últimos diez minutos y con excluidos en ambos conjuntos. Entonces fueron protagonistas los siete metros, desde donde hubo igualmente fallos y paradas de los porteros, en especial las de un colosal Giovagnola en la meta del Caserío, para entrar con 21-19 a falta de cinco minutos. Más emoción, imposible.

Un siete metros ahora sí anotado por Ángel Pérez, que antes había fallado, colocó tres arriba al Caserío, que ya sí que entonces tenía muy encaminado el triunfo después de mucho sufrimiento. Al final lo consiguió por 25-20 ante un Alarcos que nunca se rindió. Volvió a vibrar Ciudad Real con el derbi de balonmano, que dejó de nuevo emoción y pasión sobre la pista.

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