Este deporte ha traído esta temporada a la capital a Augusto Moreno de la Santa, fichaje del Caserío, y a su hermano Álvaro, una de las incorporaciones del Alarcos, para juntarlos como rivales en la División de Honor Plata, empezando por el gran duelo inicial de este domingo a las 12:00 horas en el pabellón Puerta Santa María.
Augusto Moreno de la Santa, fichaje esta temporada del Caserío para su estreno en Plata, es el mayor de dos hermanos que han vivido balonmano desde que nacieron, puesto que su padre fue jugador, entre otros, del histórico Caserío Vigón logrando el ascenso a ASOBAL. Como era de esperar, los hermanos también se aficionaron al balón y dieron sus primeros pasos en la cantera del Agustinos de Alicante, donde ambos tuvieron la oportunidad de ser entrenados por su padre.
El pequeño de la saga, Álvaro, ha fichado por el otro equipo de Ciudad Real, el Alarcos, y llegó a ganar el Campeonato de España juvenil con él, que era el segundo entrenador del equipo: “Poca gente puede decir que ha ganado algo así al lado de su padre”, apunta. Pese a haber estado en el mismo club en categorías inferiores, nunca han compartido vestuario un curso entero, pero sí minutos cuando Augusto jugaba en el primer equipo de Agustinos y Álvaro con el filial. Jugar juntos es una espinita que tienen clavada, pues, cuando Augusto marchó hacía Zamora desde Benidorm, tuvo ofertas del Teucro, donde estaba su hermano, pero al final sus caminos se juntarían en Ciudad Real con camisetas distintas.
Álvaro y Augusto nacieron en Ciudad Real, pero muy pronto marcharon para Alicante, volviendo a la ciudad en fechas señaladas. Esto les permitió crear relaciones aquí, haciendo más fácil su adaptación a la ciudad en estos meses iniciales. Sus primeros pasos en Alarcos y Caserío son, de momento y a la espera de la instalación de la nueva pista, lejos del Quijote Arena, donde su padre ya les había llevado a ver el balonmano siendo muy pequeños: “Recuerdo ver a la gente llenar de confeti una portería en mitad del partido”, explican los jóvenes jugadores.
Los hermanos Moreno de la Santa ya saben lo que es enfrentarse con algo en juego, pues el año pasado se vieron las caras en un apasionante Teucro-Zamora por la permanencia que se llevó Augusto con el conjunto de Zamora. Ese partido lo recordarán siempre como algo especial, sobre todo el jugador del Caserío, que es quien ganó y ahora puede picar al otro. Este año han añadido otro aliciente a esto de los partidos ‘morbosos’ entre hermanos, un derbi en una ciudad que respira balonmano.
Ciudad Real ha destacado en este deporte, y ahora, por primera vez en la historia, cuenta con dos equipos en División de Honor Plata, Alarcos y Caserío. La fortuna no ha querido hacer esperar el choque y abrirá la liga este domingo reuniéndolos en el 40×20 del Pabellón Puerta de Santa María. Augusto defiende los colores del Caserío como ya lo hizo su padre antes, lo que le añade ese plus de emoción, mientras que su hermano Álvaro se ha unido al nuevo proyecto de Isidre Pérez en el Alarcos.
Uno llega a un equipo consolidado, que mantiene el bloque del ascenso, mientras que el otro está en un proyecto ilusionante que durante la pretemporada ha dejado dudas por las innumerables lesiones que han sufrido. “La plantilla llega con bajas importantes, pero es lo que hay”, señala Álvaro, mientras que Augusto cree dekl Caserío que “hemos encontrado la comodidad en diferentes fases de los partidos de pretemporada”, por lo que se espera un duelo entre dos plantillas que se tienen que asentar en la categoría.
En sus primeros partidos como alarquista Álvaro ha sentido el calor de la ‘Peña La Batalla’, que anima en todos los encuentros del BM Alarcos. Los hermanos conciben el balonmano de Ciudad Real como una fiesta, no como una rivalidad en la que haya tensión y mal ambiente: “A ver si la gente no se decanta por el equipo que mejor vaya”, comentan. La realidad es que Ciudad Real va a poder disfrutar de un partido de División de Honor Plata cada fin de semana: “No todas las ciudades pueden decir eso, y además buen balonmano”, sentencia Álvaro.
La última semana del balonmano ciudadrealeño ha estado condicionada por la vuelta de Rolando Uríos, mítico pívot del BM Ciudad Real entre 2001 y 2009, además de ser campeón del mundo con la selección española. Álvaro ya ha compartido sesiones con él, del que destaca “su presencia en la pista y lo que nos aporta anímicamente”. La fiesta del balonmano de Ciudad Real está llena de alicientes, derbi en Plata, dos hermanos enfrentados y la vuelta de Rolando Uríos, por lo que lo único que se puede echar en falta es un escenario con la historia del Quijote Arena, símbolo del éxito deportivo de Ciudad Real y pista en la que Rolando desplegó su mejor juego. Aun así, todos los que estén en la pista disfrutarán de una mañana para el recuerdo.
Augusto y Álvaro tienen muy buena relación, pero ya pasó su tiempo de vivir juntos, cuando se les pregunta por ello, el “no, no, no” suena al unísono. Es una pregunta que les repitieron hasta sus clubes, pero ellos creen que “ya hemos vivido juntos mucho tiempo”. Augusto reconoce que es su hermano el que no quiere, y entonces, él tampoco. También creen que vivir con compañeros de equipo ayuda a cohesionar el grupo, sobre todo en el caso de Álvaro, puesto que en la plantilla alarquista hay muchas caras nuevas.
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